El Yin Yang


El Yin Yang

Dicen que el artista se inspira en su sufrimiento, que del sufrimiento surgen los más lindos cuadros o los versos más románticos que puedas imaginar. Claro, el sufrimiento es parte de la vida y sin él no habrían momentos felices porque no habría a qué compararlos. En otras palabras, sin el sufrimiento no habría motivo de cambiar las cosas. En este texto me fijaré en la expresión del sufrimiento a través del arte. Si bien mi sufrimiento no se compara al de Hemingway o al de Dalí, porque cada persona tiene su rumbo particular. El mío me hace quien soy. 

Hay veces en donde ideas rumban mi mente, sin sustento racional y se convierten en una telaraña implacable. En una telaraña que va rodeando mis pensamientos, apretujándolos, asfixiándolos... ¿lo llamaría ansiedad? No lo sé. Hoy todos parecen tener ansiedad. Vivimos en mundo acelerado, aceleradísimo, paremos un segundo, respiremos, ¿ya?

La telaraña sigue cercando mi mente hasta que mi fuerza interna puede más y la rompe de un chispazo. Eso se llama el poder de la mente. Lo digo no porque he leído libros de auto ayuda (me quedo siempre en la página tres): lo afirmo porque lo he vivido y sé que es una plausible realidad. Y esto va para todos. Debemos creer en nuestro poder como personas, saber nuestro valor emocional y físico, hasta que se convierta en una realidad.  Y sí, físico, quiérete pues, date más cariño, trátate como te gustaría que te traten.

En fin, tu mente es fuerte, mas bien, es fuertísima. Ejercítala todos los días, aliméntala, quiérela, y verás como te cuida, será tu escudo – créeme.

Normalmente escribo sin si quiera pensar de qué y las ideas van hilándose, solitas, melódicamente. Ahorita por ejemplo, estoy echada en mi cama, con mi computadora, pensando en cómo explicarles lo fuertes que somos. ¿Por qué quiero hacerlo? Porque sí, porque quiero que lo sepan, porque éste mundo puede tornarse gris, empalidecer frecuentemente, y no quiero que se les seque la paleta. Quiero que siempre la tengan llena de pintura fresca y brillante, que tengan una gama de más de cien mil colores, de infinitos arcoíris. 

Sé que hay una línea muy fina que divide lo físico de lo emocional, porque están casi atados. Hasta me atrevería a decir que lo emocional lidera lo físico, nuestra psique manda. Nuestras emociones tienen la batuta. 

Hablo en abstracto porque dar ejemplos puntuales sería en vano, ustedes me entienden. Adapten este texto a su propia historia. Moldéenlo como escultores.

Cuando sientas como si tu castillo de arena se empieza a derrumbar, cuando creas que armar uno igual o hasta similar sería tarea imposible, bueno, piensa de nuevo. Di que sí podrás, y empieza. Verás que ni las olas más grandes detendrán tu meta. 

Espero que tengas una paleta llena de los colores más brillantes. Que los tristes recuerdos o miedos no jueguen en tu contra sino que despierten tu fuerza, y que te ayuden a descubrir tus capacidades para ser tú mismo. Para sepas que eres único y que puedes lograr exactamente lo que te propongas. Quiero ver más alegría, quiero ver más conversaciones reales, más amor. Y todo empieza creyendo que sí se puede, y una vez hecho, florece el camino de la realidad. 

Como dijo Adam Darski: "Si quieres vivir una vida equilibrada, debes admitir que la naturaleza humana es yin y yang, día y noche, amor y odio, no puedes rechazarla. Se trata de abrazarlo y celebrar el hecho de que somos débiles, y de eso emerge un gran poder."

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