El zorro y la ansiedad

 El zorro Fennac tiene la capacidad de oír a la perfección. Sus orejas grandes y conspicuas le dan un aire roedor, tierno e inofensivo. Son también su mejor herramienta, su identidad; y le nivelan la temperatura basal al filtrar el calor. Por supuesto que ese par de auriculares le brindan un nivel de audición sobresaliente que sacaría a cualquier espía de cuadro. Sin embargo, hace poco leí en un artículo de mi revista favorita, The New Yorker, una comparación que me dejó perpleja sobre la vida misma y la necesidad de humana de sabernos presentes, existentes, oídos. 

La metáfora que el autor hila entre el zorro Fennac y la constate vigilia en la que vivimos por el reconocimiento es brillante, y quisiera retomarla porque cuando terminé de leer su artículo, empezó mi conversación mental. Qué sería de nosotros si constantemente pudiésemos escuchar a meticuloso detalle las conversaciones y habladurías del resto, ¿reemplazaríamos avanzar por la vida a paso seguro por un constante caminar por la borda con tiburones salivando por que caigamos directo a sus filudas y masivas mandíbulas? o ¿seríamos quizá más cuidadosos de a quién le brindamos confianza? Ni una ni otra, la verdad de la milanesa es que no estamos formulados para estar constantemente observados, juzgados, inspeccionados; y el internet nos ha presentado esa realidad, nociva, en la cual todos de algún modo u otro nos hemos visto inmersos, imbuidos. 

De pronto uno está en la mira de todos. Uno se vuelve una suerte celebridad metafórica, uno recibe atención, una siente cosas nuevas y cautivantes. Pero, es tan solo una sensación pasional de carácter lacónico que emociona y después se va, se esfuma; dejándote el alma más vacía que antes, con más hambre de ese sentimiento inaprensible y falaz. 

Por eso pienso que siempre es importante tener los pies sobre la tierra en el sentido emocional y literal. Hace no mucho, mi madre me habló del earthing - la técnica para sanarte al conectar con la tierra, literalmente... camina descalzo y escucha a Shakira. 







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