Llévame a un concierto de aves

El canto de las aves sana. No sé si llegué al tema a través de un correo que me llegó o leyendo una de mis revistas online, pero me enganché de una. Escuchar el canto de las aves por las mañanas, para mí es sinónimo de esperanza y de felicidad, empieza un nuevo día, hay luz. Pero, más allá de lo que yo sienta, está científicamente comprobado que escuchar los cánticos de nuestros amigos plumíferos nos brinda paz, más adelante hablaré más a detalle del tema y explicaré por qué. 

 

Hoy vivimos ajetreados, no quiero generalizar, pero es cada vez más grande la mayoría de nosotros que nos hayamos estresados por el tráfico, sin tiempo para hacer lo que nos gusta, frustrados por las injusticias y así; con una suerte de bloqueo mental desde que abrimos los ojos por las mañanas hasta las noches donde nos cuesta conciliar el sueño. 

 

¿Por qué buscamos estar cerca de la naturaleza? El 2020, año imborrable, fue un año donde mucha gente empezó a mudarse al campo, a la playa, a huir de la ciudad. El encierro constante nos hizo necesitar esa urgente conexión con nuestras raíces. Desde mi punto de vista, el Covid metafóricamente aceleró el proceso de angustia urbana y nos empujó a buscar lo que realmente nos hace felices. Recuerdo que hice una entrevista para la revista Cosas ese año, a limeños que habían decidido mudarse al campo. El factor común para mudarse de una ciudad congestionada y de pronto claustrofóbica por el encierro era la falta de conexión con la naturaleza. Sin embargo, no todos tuvieron la suerte de irse a un lugar aislado de lo urbano y conectado a lo natural. 

 

Pienso que no es necesario mudarse al campo o viajar a la selva para encontrar esa anhelada conexión con lo natural y con el canto de las aves que calma el alma. Claro que mirar verde o estar cerca del agua ayudaría. Sin embargo, tú puedes generar esa conexión desde tu casa, al igual que podrías abrir un libro y viajar a la Inglaterra del siglo 17. Está en tus manos. 

 

Te preguntarás por qué es bueno escuchar el canto de las aves. En resumen, escuchar cantos melódicos de aves relaja porque te distrae. Vivimos constantemente pensando en todo lo que tenemos que hacer, aturdidos quizás por bocinas y sirenas. Al escuchar cantos de aves, nuestro remolino mental entra en una suerte de pausa, y encontramos sosiego. Está comprobado que escuchar cantos de aves que consideramos relajantes reduce la depresión y la ansiedad, a diferencia de sonidos urbanos, que la elevan. Un estudio de 1,300 participantes recaudó información para sustentar la tesis y reveló que cuando los participantes escuchaban sonidos de aves, se sentían mejor, más calmados y les pasaba lo opuesto al escuchar sonidos molestos del tráfico y demás. Yo recomendaría implementar el calmante sonido de las aves a nuestra rutina diaria o semanal. Escúchalo por las mañanas con tu cafecito, si puedes en algún parque o en tu jardín, sino hay miles de sonidos calmantes que puedes encontrar en línea. 

 

El porcentaje de personas que hoy en día toman antidepresivos es cada vez más alto a nivel global, varía por países, pero el común denominador es que siguen incrementando. Por ejemplo, del 2021 al 2022, incrementó en 5% el número de adultos en Inglaterra que recibían la medicación de 7.9 millones a 8.3 millones. Los caracteres en japonés para escribir “enfermo” , 病気 (byoki) ilustran que es nuestro espíritu el que está adolorido. Entonces, dice que al sufrir nuestro espíritu, empieza a sufrir nuestro cuerpo. Una pastilla no va a sanar nuestro espíritu, sino las acciones que nosotros tomemos para empezar a curarlo y a cuidarlo. Recomiendo por empezar a reconectar con el mundo natural, con eso que instantáneamente nos trae sosiego, un paso a la vez. 

  

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